Cómodamente instalados en el vehículo de lujo de su elección, nos dirigiremos hacia Treviso siguiendo la línea de árboles que marca la carretera napoleónica llamada Terraglio. O, si el tráfico a lo largo de esta popular carretera es demasiado pesado, nos desviaremos por una ruta alternativa que une Venecia con Treviso, paseando entre villas, bosques de cedros y los arroyos del río Sil.

Después de visitar la antigua muralla de la ciudad y sistema hidráulico de defensa, aparcaremos cerca de la Piazza dei Signori a tomar un paseo por el centro histórico, para admirar los monumentos tales como el Palazzo dei Trecento y sugestivo ambiente de los pórticos y boutiques.

Salvada por Attila, Treviso comenzó a florecer bajo los godos y los lombardos, que la declararon un ducado. Junto con los Carolingios, la hicieron una capital bajo una Marca. Este fue el comienzo de su más pacífico y próspero periodo luego de la Paz de Constanza, durante el cual se adornó a si misma, continuamente hospedando poetas, trovadores, festivales caballerosos, ganándose el nombre de "Marca gioiosa y amorosa," o, Marca alegre y amorosa.
Desde la espontánea unificación de La Marca con la Serenísima República en 1389, Treviso disfrutó de un largo período de próspera paz a cambio una alianza segura con Venecia que duró hasta 1797, cuando Venecia cayó durante de la invasión de Napoleón. Todavía era aliada de Venecia durante la insurrección austro-húngara, señalando algunos de los momentos más heroicos de la época. El 15 de julio de 1866, los Bersaglieri Italiani, o la famosa Infantería Italiana, llegaron.

Volviendo a la Piazza, tomaremos un aperitivo antes de dejar Treviso y continuar nuestro camino.

Saliendo de uno de los principales portales de entrada de la ciudad y luego siguiendo las mejores rutas para evitar el tráfico, veremos desde nuestras ventanas algunas de villas campestres. Estas fueron construidas por las aristocracias venecianas y trevisianas entre 1500 y 1800, como el de la foto a la derecha: Villa Barbaro en Maser.

Cerca de la hora del almuerzo avistaremos las colinas de Asolo, una de las joyas de la Marca Trevigiana. Esta localidad se ha convertido en un centro internacional de compras, famosa tanto por los antiguos talleres, pero también por la pintoresca arquitectura y por la vista de la llanura circundante.

Asolo es una pequeña y noble ciudad del piamonte Véneto, donde moraron poetas y espíritus libres, un entorno de armonía elegante y encantadora visión. Asolo es también una ciudad con una inusual historia llena de leyendas, en particular, de Catari y Signora de Ezzellini.

Entre el pueblo y los alrededores, Asolo es rica en restaurantes de todo tipo, desde la pequeña trattoria familiar hasta a prestigiosas ofertas de lujo, entre las que recordamos Villa Cipriani, que no pocas veces ha tenido la oportunidad de servir a invitados como el Presidente de los Estados Unidos, junto con su séquito.

Sin embargo, vamos a disfrutar de la comida de su elección, íntima u opulenta, y junto con el afable humor que induce cada almuerzo a lo largo de las colinas, acompañados por las visiones de los edificios de Palladio y de su Escuela.

Mientras tanto, si usted está interesado en la producción de vinos, nuestras escoltas sabrán sugerirle los mejores bares de vinos y bodegas a lo largo de la Ruta del Vino, o acompañarlo en los que usted escoja, para una degustación de vinos entre las variedades y las fragancias de los vinos de Véneto (así como otros).

Nos dirigiremos finalmente a la impresionante panorámica del Castello di Marostica, la vista se extiende a través de la amplia Pianura Padana hasta que alcanza los Apeninos. Nuestra excursión durará hasta aproximadamente las 5pm, volviendo a entrar desde donde partimos, pero siempre es posible coordinar todo el tiempo extra que desee.